Koaching

Coaching… ¿para qué??

¿Para qué?… Qué gran pregunta… La respuesta no es sencilla de explicar.

Una de las percepciones que existe acerca del coaching, es la de un proceso en el cual una persona intenta convencer a otra de qué es lo que tiene que hacer. En realidad, esta percepción se ajusta a perfiles que o bien no tienen aún gran conocimiento de en qué consiste el coaching (y no lo han experimentado), o han tenido una mala experiencia con un coach (que actuó de esa forma), o conocen a alguien que la ha tenido, o tal vez relacionan esta disciplina con otras a las que suele asociarse (vease, asesoría o consultoría).

Por otra parte, en empresas donde hay un coach interno que ejerce sus funciones dentro de la compañía para la que trabaja, puede percibirse como una presión por parte de la misma para que la persona se ajuste a lo que la empresa quiere y (por la información que ha llegado a mis oídos de usuarios de este servicio) se vive como un intento de manipulación por parte de la empresa. Por supuesto, se asume que esta pueda ser una percepción subjetiva y en ningún caso, sea la intención ni el modo de trabajar de los coaches contratados dentro de una empresa (si bien es cierto, que pierden cierta libertad al estar bajo las normas de su contratador…). Por otra parte, la política y la cultura empresarial influyen en este sentido. Si la empresa es innovadora y puntera en su departamento de Recursos Humanos, el planteamiento será completamente distinto a si es rígida y está perdida en el pasado.

El coaching busca sacar a la luz la potencialidad de la persona, ayudar a modificar ciertos esquemas (siempre no patológicos) de pensamiento (que inevitablemente acaban llevando a actitudes y acciones determinadas) y a que el otro se dé cuenta de qué, cómo, cuándo y dónde va a llevar a cabo ciertas acciones, siempre partiendo de sus propios recursos. Esto supone, que el lavado de cerebro está descartado como uno de los fines del coaching. 

¿Cuál es entonces el fin último?:

Calidad de vida. Ser «felices» en última instancia. Teniendo en cuenta el concepto de ser feliz como algo más permanente en el tiempo que una situación determinada en un momento concreto y, asumiendo, que la felicidad eterna no es alcanzable para el común de los mortales…

Con esto como base, pregunto ¿Qué nos hace más felices?. La respuesta que me surge es la coherencia con nosotros mismos. La coherencia con nuestros propios valores y principios, con nuestros deseos y aquello que consigue tener un impacto positivo en nosotros.

Lo más común: una tendencia conformista dentro de nuestra zona de confort, alimentada por todas las creencias irracionales de incapacidad y temor al cambio, entre otras cosas. Se produce una negación (inconsciente) de qué queremos realmente y se transforma en una sucesión de obligaciones e imposiciones, en ocasiones internas y en ocasiones, externas (aunque al final, todo revierte en la introyección de las normas impuestas desde fuera, las asumimos y nos sometemos a ellas sin cuestionarlo… hasta que lo hacemos, claro está).

A esto se une el punto sorprendente (desafortunadamente habitual): ante la pregunta «¿a ti qué es lo que te gusta?» la persona responde con mirada asombrada y… silencio de blanca… Mucha gente NO LO SABE. Nunca se han parado a pensarlo… No entra en su concepto.

Con lo cual, si uno de los objetivos es aumentar la conciencia de la persona en cuanto a sus capacidades y al enfoque que desea dar a una situación o incluso a su vida, también es revolucionar de algún modo el punto de vista desde el que miraba el mundo. En definitiva, es crear coherencia interna entre lo que somos, lo que mostramos y lo que queremos.

Bien… hasta ahí todo más o menos claro… entonces ¿qué hace que una persona no haga lo que tendría que hacer para ser más feliz? ¿Qué hace necesaria la presencia de alguien ajeno? Ahí lo dejo, como pregunta de reflexión….

4 Comments

  • Pablo Ámez

    Muy interesante. Para mí el coaching es un proceso mediante el cual facilitamos que una persona adquiera competencias profesionales, entiéndase éstas como comportamientos conducentes a realizar correctamente le trabajo. Los clásicos hablarían de hábitos.
    En algún momento del artículo me parece percibir algo de psicología cognitiva: «ayudar a modificar ciertos esquemas (siempre no patológicos) de pensamiento (que inevitablemente acaban llevando a actitudes y acciones determinadas)». Este punto me parece importantísimo y muy acertado. la modificación de algunos mapas mentales que inhiben capacidades o nos meten en procesos erróneos de interpretación de la realidad. También ayuda la logoterapia de Vicktor Frank. Son herramientas muy útiles para personas y su desarrollo (en ningún momento hablo de psicopatologías que para eso están otros profesionales).
    Perdonar el desahogo. Muy buen articulo y enhorabuena por vuestro Blog

  • Jose Miguel Bolivar

    Muy buena explicación de qué es y para qué sirve el coaching en realidad.

    Para mí el objetivo del coaching, en pocas palabras, es hacer visibles las barreras emocionales que impiden nuestro desarrollo integral (como personas y como profesionales) y luego facilitar el proceso que permita derribarlas.

    JM

  • Escuela de Coaching TISOC

    Interesante artículo ¡Gracias! Comentas cosas de gran importancia y utilidad para todo aquel que se desarrolle como Coacher, ya sea personal o profesional, o simplemente practique el Coaching a nivel personal.

    Las variedades y aplicaciones que tiene el Coaching, al día a día de empresas y personas, hace que sea un apoyo crucial para poder alcanzar sus objetivos, y superar las barreras que se puedan encontrar al intentar alcanzarlos.

    Por ello, encontrar artículos como este son de agradecer.

  • guillem

    la nueva formación ya está aqui :

    un video muy divertido de un coaching grupal con música. la idea es componer una canción en grupo.

    saludos

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