DELEGAR: (del Latín, delegare) “Dicho de una persona: Dar a otra la jurisdicción que tiene por su dignidad u oficio, para que haga sus veces o para conferirle su representación”. (RAE)
En mi trabajo con Ejecutivos, y mandos intermedios, aparece un tema recurrente: la falta de tiempo, y la dificultad para delegar tareas.
Ambas circunstancias van de la mano, y sin duda, repercuten tanto en la productividad, como en la forma en que se vive el trabajo, generando un alto estado de estrés, falta de motivación y pérdida de ilusión.
Delegar es más que asignar algunas tareas a otros. Significa involucrarlos en la responsabilidad de los resultados, darle a alguien más la libertad para tomar decisiones de cómo lograr alcanzar esos resultados. Implica confianza en el equipo.
Para que el proceso de delegar sea efectivo y exitoso, es necesario tener algunas cuestiones en cuenta:
– Escoge a la persona adecuada: Esta persona debe cumplir dos cualidades imprescindibles:
1. – Estar cualificado para realizar las tareas encomendadas
2. – Ser digno de tu confianza. Esto último es fundamental para conseguir la tranquilidad necesaria.
– Comparte información: Si pretendes delegar tareas, aquella persona que has escogido debe tener toda la información necesaria para llevarlas a cabo de principio a fin.
– No delegues sólo el trabajo, delega también la responsabilidad y la autoridad: para tomar decisiones. Esto motivará a tu colaborador, y hará que se implique en la tarea. Asegúrate que todos estén enterados que esas tareas están a cargo de “Juan García” y que tiene todas las facultades para llevarlas a cabo de principio a fin.
– Aprende a escuchar y a preguntar: Cuando des las indicaciones básicas, asegúrate que tu colaborador ha comprendido lo que deseas, y sabe cómo encarar las tareas formulando preguntas. Es importante que estas preguntas sean abiertas, que generen respuestas creadoras, y que no se conviertan en un interrogatorio. Escucha despejando tus prejuicios y opiniones, y si es necesario, contrasta junto a la otra persona diferentes opciones o puntos de vista.
– Céntrate en los resultados: Enfocate en los objetivo, no en el proceso, dale la oportunidad a tu colaborador de que haga las cosas a su manera.
– Planifica las tareas: Al momento de delegar, elabora junto a tu colaborador una planificación de tareas, con plazos para la consecución de objetivos y fechas de revisión.
– No cambies las reglas del juego: Una vez delegadas las tareas y hecha la planificación, no cambies las reglas del juego, esto sólo confundiría y sería un obstáculo para alcanzar el éxito
– Ofrece feedback positivo y constructivo: Esto motivará a la otra persona, a la vez que recibe información valiosa para mejorar y progresar.
– Muéstrate disponible sólo para casos de emergencia: Aclara desde el principio, que tú estarás allí sólo si es absolutamente necesario, evita las relaciones dependientes.
– No te cuelgues medallas ajenas: Dale el crédito y reconocimiento a la persona que ha llevado a cabo las tareas.
– Aprende de cada experiencia al delegar: Observa cómo ha sido el proceso y qué cosas puedes mejorar para la próxima ocasión.
Si consigues delegar, tu vida será más ordenada y conseguirás centrarte en tus tareas sin descuidar tu vida. Recuerda que todos somos importantes, pero nadie es imprescindible!
One Comment
coachserv
¡Que gran verdad! Es muy complicado delegar porque, sobre todo, estamos acostumbrados a tener y mantener nuestra parcela de poder y la visión de esa parcela esta totalmente desenfocada. Creemos que cuanto mas tareas tengamos todo estará bajo control y no es así.