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    “Nunca te quejes, explica siempre”

    No sé muy bien si titular como lo hago o escribir: «coaching para políticos».  El lector, estoy seguro, sabe de qué estoy hablando.

    En los últimos meses, en España y en algún país lejano, he trabajado haciendo coaching con políticos y con candidatos a puestos de elección popular. En muchos aspectos, la problemática no es diferente de la que emerge cuando se trabaja con directivos.

    Sin embargo, hay algunas diferencias y a ellas quiero dedicar estas líneas. Si  los modelos ejecutivos con los que trabajo sugieren moverse a lo largo del triángulo persona, rol, sistema, he encontrado útil hacer una transposición al campo político utilizando el triángulo: la persona (político o candidato), el partido políticoel electorado (o la sociedad; o el público).

    Con frecuencia se dice que el político, para serlo o para aspirar a un cargo público, ha de tener un alto componente de narcisismo; también el ejecutivo, añado yo. Hay un narcisismo, el productivo, que es necesario para acometer cualquier tarea creativa, estratégica. Pero tiene un lado oscuro  con efectos, entre otros, de producir una visión distorsionada de la realidad, de su entorno; suelen ser muy desconfiados y no cuentan con las emociones de los demás. El trabajo de coaching puede y debe abordar esta cuestión del narcisismo. Ya en Roma se sabía del peligro de los dirigentes narcisos: los generales triunfadores entraban en la Ciudad junto a un esclavo que les recordaba que eran mortales. Sin embargo, en momentos como los actuales de gran incertidumbre y de transformaciones masivas, los narcisistas productivos tienen la audacia de promover los cambios que necesitan las sociedades.

    Se dice con frecuencia que, por el hecho de aspirar a ellas, los políticos, por definición, son los menos indicados para ocupar posiciones de poder.¿Cómo sostener la paradoja de aspirar legítimamente al poder y ser consciente de todas las maniobras, a veces malas artes, que parecen ser consustanciales con la actividad política?

    En el siglo XIX el primer ministro inglés Disrali acuñó la frase: «nunca te quejes, nunca expliques». Quizá en el XXI haya que cambiarla a «nunca te quejes, explica siempre».  Buscando frases de dirigentes célebres siempre aparecen unas cuantas que permiten reflexionar al político.

    coaching_article.jpg¿Política como profesión para toda la vida o como profesión temporal? Si en nuestra experiencia empresarial  sabemos que ya casi no existen puestos vitalicios, ¿por qué tendría que ser diferente en la política?. Así,  el político reflexiona sobre su hoy, su ayer y sus proyectos para mañana. En el coaching se trabaja la coherencia o incoherencia de esos proyectos y en cómo adquirir los recursos necesarios para asegurar una mínima coherencia.

    Otro vértice del triángulo es el partido político. En mi andar por varios países, he trabajado con políticos, y candidatos con sistemas electorales diversos: unos, como el español, en los que la legislación refuerza la posición de los partidos; otros, por ejemplo aquéllos con sistema de distrito uninominal, en los que sobresale la de los políticos o candidatos. Pero en todos es indudable la relevancia, mayor o menor, de los partidos. Y en éstos hay que trabajar la paradoja que supone colaborar y competir para ser elegido o reelegido. Nada totalmente nuevo porque también en las empresas se produce la misma paradoja.

    La alternancia política democrática es seguramente el mejor mecanismo para garantizar la estabilidad de los sistemas. Aceptamos que los nuestros no ganen porque sabemos que algún día lo harán. Aceptamos los semáforos para regular el tráfico porque sabemos que a la luz roja que nos detiene, y que da paso a los otros, sigue la verde que para a los otros y nos otorga la preferencia. ¿Qué ocurriría si estuviera siempre roja para nosotros y siempre verde para los demás?. Podemos imaginarlo. ¿Cómo aceptar que el partido de uno ha perdido o  que, si ha ganado, algún día dejará el poder?. Sabemos desde Darwin que la selección natural , el desarrollo de nuevas especies y de la complejidad, implica  fomentar  la colaboración intragrupal y la competitividad intergrupal.

    En política democrática , la alternancia permite el avance de un sistema, de un partido, cuando, temporalmente, gana las elecciones. Pero el sistema siempre tiene en cuenta que el perdedor será ganador después. Por lo tanto, quizá habría que pensar en ecosistemas más que en grupos partidarios enfrentados, de la misma manera que pienso que un gran banco español es consciente de que forma parte de un ecosistema en el que los pequeños son tan necesarios como el gigante.

    El tercer ángulo, ninguno de ellos es menos importante que los otros dos, es el electorado, el público. Tengo una buena amistad con un profesor inglés que explica en Londres política subsahariana. Hace algún tiempo le pregunté en los Picos de Europa, qué era lo que más querían los electores de Ghana o de cualquier otro país africano. No dudó en responder: «igual que los españoles, que dialoguen con ellos; el mayor déficit democrático es la falta de comunicación».

    En este ángulo el trabajo consiste en reflexionar sobre la comunicación, ¿es eficaz la sinceridad o «rinde» más la mentira, la ocultación?. ¿Da más votos la infantilización de los electores?. Hay ejemplos concretos en los que los políticos contestan que sí , que es más rentable no dejarles ser adultos. Y entonces la reflexión consiste en desmenuzar el sentido y el significado de las palabras ; y en comentar «El mago de Oz«.

    Cuando el perro rasga la pantalla tras la que opera el mago, Dorothy y sus compañeros le ven cara a cara: es un hombrecillo insignificante, débil , con cara un poco estólida:  ¿Y tú eres el mago?; si, responde, pero no digáis a la gente del pueblo lo minúsculo que soy porque le conviene creer en mí como su salvador.

    ¿Hasta qué punto el político (o el candidato) está en connivencia subterránea con los intereses de muchos que prefieren no ocuparse de sus propios problemas?; ¿qué hacer?. Una reflexión apasionante verdad.

    Carlos Herreros
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    ¿Qué significa para tí el éxito?

    En el coaching una de las cosas que siempre hay que tener muy en cuenta es lo que significa para cada persona la palabra éxito. Hay que tener en cuenta que «éxito» puede tener muchos significados dependiendo de la persona que seamos porque, para unos, el éxito puede ser obtener un trabajo donde se sienta bien y, para otros, puede ser tener un trabajo donde gane mucho.

    El éxito puede tener muchas formas de verse, no hay sólo una conceptualización como podríamos pensar porque cada persona le puede dar un significado distinto, dependiendo de su personalidad.

    Cuando se empieza en el coaching, al principio, la persona puede tener claras las metas a las que quiere llegar pero, ¿realmente es eso para él o ella el éxito? Eso tiene que encontrarlo él o ella mism@, no podemos decirle ni encauzarlo porque tiene que descubrirlo uno mismo, con nuestra ayuda por supuesto, pero con su propia iniciativa.

    Todos hemos de ser conscientes que nuestra meta puede no ser lo que consideramos éxito ni felicidad; puede que sea algo material lo que vemos en nuestra meta mientras que, en el fondo, consideramos otras prioridades, otra conceptualización o materialización del éxito.

    Por eso, a menudo, hay que parar y pensar, ¿qué es para mí el éxito?

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    Identifica tus talentos

    ¿Y qué es un talento? Un talento es un comportamiento, una emoción o pensamiento innato en nosotros y que expresamos de forma natural. Todos tenemos talentos. Es algo innato y que se nos da bien en cualquier entorno. Todos tenemos cualidades que destacan de los demás.

    Por ejemplo, ser competitivo es un talento. Ser curioso y tener afán por descubrir cosas nuevas es un talento. Ser perseverante es un talento. Ser organizado es otro talento. Ser tozudo es un talento si está usado en un entorno dónde hace falta ejercerlo.

    Descubre cuáles son tus talentos y encuentra la actividad o trabajo que se adecúan lo mejor a tus talentos porque sabemos que damos lo mejor de nosotros mismos en las cosas para las cuales somos buenos sin esforzarnos.

    La lista del Instituto Gallup te ayudará a identificar tus talentos. Existen 34 talentos. Mírate la lista adjunta y haz un ejercicio fácil: selecciona los con los cuales te sientes identificado. Si te hace falta, pide a tus amigos, familia, compañeros que seleccionen los talentos que ven tí y así igual descubres algo nuevo o simplemente confirmas los que tú ya tienes identificados.

    1. El currante, el realizador. Caracteriza a las personas que tienen necesidad de hacer algo siempre, son hiperactivos en el sentido positivo del término.
    2. Activador o  iniciador. Son extremadamente buenos en lanzar, arrancar las cosas. Impaciente por pasar a la acción.
    3. Adaptabilidad/Flexibilidad. Talento de la persona que vive en el presente y que acoge los sucesos imprevistos con facilidad. Se siente bien con la idea de que las cosas puedan ocurrir de forma distinta a la programada. Adaptarse a lo imprevisto
    4. Analítico – Objetivo. Abordar la vida de manera racional, ama los hechos, quiere tener pruebas de que se avanza, persona lógica y a veces, distanciada de sus emociones.
    5. El organizador, el director de orquesta. Saber gestionar varias variables al mismo tiempo y orquestarlas para optimizar el resultado, normalmente funciona en multi-tareas.
    6. Convicciones personales. Fuerte conciencia de los valores y las convicciones. Aborda el mundo a través de éstos. Milita por la defensa de los mismos. Integridad y congruencia.
    7. Liderazgo. Asumir las situaciones a su cargo. Ordenar, dar directivas. Para él la confrontación no es un problema. Por el contrario, es el comienzo para la resolución de un problema.
    8. Comunicación. Saber pasar el mensaje, hacerlo cautivador. No contentarse con enunciar los hechos. Saber animar, captar la atención.
    9. Competición. Talento de la persona que es consciente del nivel de competencia de los demás. Su incentivo es ser el mejor. Necesita a los demás para competir. Es la energía que necesita para motivarse.
    10. Sentirse parte de algo más amplio. Sentirse unido a otros y al universo. Consciente de la globalidad. Respeto por las interacciones. Fe. Alianza.
    11. Pasado Persona que toma el pasado como referencia y que aborda una situación en función de éste. El pasado sirve para comprender el presente. Saber de dónde se procede para comprender dónde se está y saber qué hacer.
    12. Prudencia / Vigilancia. Pone una especial atención en el lugar donde pone los pies. Seria, prudente, se toma su tiempo, comprueba.
    13. Descubridor de potenciales. Persona que ve los potenciales de los demás y que puede respaldarlos en función de éstos. Revelador de talentos.
    14. Disciplina. El universo en el que evoluciona la persona debe ser previsible: Necesidad de estructurar el mundo y de construir el mundo en función de esto. Es detallista. Específico. Descompone sus proyectos en etapas y en mini-objetivos.
    15. Empatía. Capacidad para ponerse en lugar del otro y de sentir lo que siente
    16. Justicia / Igualdad. Es muy importante para esta persona conducirse de manera justa, de tomar decisiones justas.
    17. Focalización. Una vez tomada una decisión, no la abandona. Permanece centrado en el objetivo hasta alcanzarlo. Metáfora del láser y del torpedo.
    18. Futurista / Visionario. Detecta antes que los demás lo que va a suceder. Capta las corrientes débiles. Visionario. Tiene una visión de futuro tan fuerte como el presente. Pionero.
    19. Armonía. Genera armonía a su alrededor.
    20. Creativo. Juega, maneja con destreza la generación de ideas. Baraja las ideas: qué pasaría si…, y si después…, y si… Brainstorming. – Abordar el mundo con nuevos ojos. Creatividad.
    21. Integración. Saber incluir a las personas en un grupo. Federar. Sentirse acogido. Generar un sentimiento de pertenencia
    22. Individualización. « Tomar las medidas de alguien » = detectar lo que es especial en alguien y manejarlo en función de esta especificidad.
    23. “Input” – Entrada de información Le gusta ampliar información. Coleccionista. Documentalista. Esto puede servir algún día.
    24. Intelectualidad. Gusto por la actividad intelectual. Profundizar. Excavar.
    25. Aprendizaje, Sed por aprender. Aprender por placer, sin buscar necesariamente desarrollar conocimientos en un ámbito u otro.
    26. Optimizar. Sabe dónde está el yacimiento. Extraer lo mejor de un sistema o de una situación. Hacer aún mejor lo que ya funciona bien. Dejar vía libre a nuevos márgenes.
    27. Reparar. Afición por reparar lo que está roto. Hace un diagnóstico y encuentra soluciones para repararlo
    28. Actitud positiva. Persona con un entusiasmo contagioso. El vaso está medio lleno.
    29. Relacional. Alimentar y mantener una relación, generar un elevado nivel de confianza, fidelidad.
    30. Responsabilidad Fuerte sentido de la responsabilidad. Se compromete con lo que dice y lo que hace. Honestidad y lealtad. Su reputación va en ello.
    31. Confianza en sí mismo. Persona convencida de salir siempre adelante. Seguridad y confianza en sí misma. No se viene abajo por las críticas. Resistencia.
    32. Diferencia/ originalidad. Para esta persona es importante distinguirse. Necesita ser oído, mirado, admirado y quiere destacar. Excéntrico.
    33. Sentido estratégico. Anticipar, elegir los mejores enfoques de partida.
    34. Poder de convicción. Talento para convencer a los demás, para unirlos a su causa, para convencerlos rápidamente. Conquistar, seducir, vender.

    Descubrir nuestros talentos, como saber cuáles son nuestros valores (ejercicio de la estrella guía), nos permite saber si estamos alineados con lo que somos tanto en la vida personal como profesional, o social. Estando alineados con lo que somos conseguimos encontrar un equilibrio y un bienestar extraordinarios. Y sobre todo, no intentemos mejorar talentos que no tenemos, es simplemente una pérdida de tiempo ya que otros lo hacen mucho mejor que nosotros. Cultiva lo en el cual eres bueno y haz de esto el eje o un pilar de tu vida.

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    Conferencias del coach Carlos Andreu

    Carlos Andreu es uno de los coach más conocidos entre el coaching, posee un Master en Dirección y Administración de Empresas (MBA) por el IESE – Universidad de Navarra y también es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza.

    Actualmente es profesor de varias universidades como la de Navarra, el CEU, la Antonio de Nebrija y de Escuelas de Negocios como IESE-IRCO, Instituto Internacional San Telmo, El Centro de Ibercaja, etc. Además, dirige su propia empresa de consultoría, formación y desarrollo, y aún le queda sitio para realizar de vez en cuando algunas conferencias en varias ciudades de España.

    Por este motivo, las conferencias, es que queremos avisarte de sus próximos destinos, por si pudieras estar interesado en las mismas:

    • Burgos: 6 de mayo (conferencia)
    • Pamplona: 7 de mayo (taller)
    • Salamanca: 9 de mayo (conferencia)
    • Sevilla: 12 de mayo (conferencia)
    • Zaragoza: 21 y 22 de mayo (seminario)

    Si queréis más información no tienes más que ir a su blog de coaching: http://carlosandreu.blogspot.com/

    A menudo, aunque no seamos estudiantes ni nos interese el coaching, oír hablar a las personas sobre ésto nos puede alentar para cambiar nuestra vida y darnos cuenta de que podríamos hacer más cosas y cambiar de manera que todo nos saliera mejor. Al fin y al cabo, ¿qué se pierde?

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    ¿Eres un coach profesional (que vives de ello) o un coach de salon?

    ¿Cuántos coaches actualmente en España son coaches profesionales y viven de su profesión?

    ¿Es acaso este numero proporcional al de coaches que acaban su formación, que se titulan, que se certifican?

    La respuesta, rotundamente, es ¡NO!

    Desgraciadamente, la profesión del coaching tiene extremadamente desarrollado uno de sus dos sustentos principales: la formación en metodología, en recursos, herramientas, deontología, etc.

    Hay multitud de cursos de fin de semana, masters, posgrados… En ese aspecto, estamos de enhorabuena, y el fenómeno va a más.

    Pero, ¿qué pensaríamos de una carrera universitaria donde de todos sus titulados, solo un 5% pudiera trabajar en lo suyo? Posiblemente, pondríamos el grito en el cielo, diríamos que es un fracaso, deberíamos revisarla a las necesidades reales del mundo…. Y no nos engañemos; esto es lo que está sucediendo hoy con el coaching en España, y en muchos otros países, sobre todo latinos (en los anglosajones su filosofía de vida hace que este campo tengan mucho ganado)

    El coaching es una profesión completamente vocacional; es más, es una manera de vivir. Y básicamente, los que nos hemos formado como coaches, pretendemos:

    – contribuir a la mejora de la vida de las personas
    – contribuir a la mejora de las organizaciones
    – Ser catalizadores de un cambio en el mundo
    – Ser formadores de la utilización de todo el potencial que llevamos dentro
    – Ayudar a otros a recuperar la capacidad de soñar y convertir sus sueños en realidad
    – Fomentar líderes humanos y capaces
    – Etc

    Y todo esto es muy loable. Pero, ¿lo estamos haciendo? Porque para hacerlo, no basta con estudiar y entrenar. HAY QUE PROFESIONALIZARSE, tener clientes, cobrar por ello, y en definitiva, vivir de tu profesión. Porque, sin personas a las que hacer coaching, ¿qué pretendemos cambiar y conseguir?

    Y no nos engañemos, un proceso de coaching en prácticas y sin cobrar tiene la mayoría de las veces poco que ver con un proceso de coaching real. En definitiva, nos preparan para actuar como coaches, pero no tengo coachees, ni me dicen como conseguirlos (es como si me saco el título de taxista, después de mucho esfuerzo, dinero y energía invertido en ello, pero ni tengo taxi, ni posibilidades de tenerlo, porque no sé como, ni nadie me lo cuenta, ni yo me atrevo a buscarlo: tal vez alguien ponga alguna vez un taxi delante de mi puerta, o mejor, me hago otro curso de perfeccionamiento de taxista, así luego tal vez sea más fácil, porque estoy mucho mejor preparado = falacia proveniente del miedo)

    Por eso, hoy vivimos en «la gran teoría» del coaching, pero es imprescindible convertirlo en realidad. Y parece que las escuelas estén ajenas a esto. Nos venden una pierna, y por lo tanto, vamos cojos.

    También es comprensible que no nos formen para vivir de nuestra profesión:

    – El objetivo de la escuela no es ese. Es formarte en la teoría solamente
    – Muchos profesores, directores, etc de cursos de coaching, no viven de su profesión del coaching, y por lo tanto no pueden (o no deben) contarte como se hace, porque no saben precisamente el «como». En realidad, «sus clientes» mayoritariamente eres tú y otros alumnos, pero no coachees.
    – El miedo a que si te cuentan a ti y a otros posibles competidores como tener prosperidad y abundancia en tu profesión, les vas a quitar mercado, negocio, clientes, etc, porque no hay para todos

    Por ello, reivindico que se forme a los coaches para que puedan vivir de verdad su sueño, tengan calidad de vida gracias a su profesión, emprendan, y puedan pagar su hipoteca, sus gastos y sus caprichos, porque no, gracias a los ingresos que generen haciendo coaching. y se puede hacer, porque lo he hecho, y conozco a otros cuantos que también.

    Posiblemente solo un coach que no tiene la espada de Damocles de la precariedad económica encima de la cabeza está en las mejores condiciones de hacer un buen coaching, pues se olvida de la «errónea» percepción de que el resultado del proceso depende de él, y no del coachee. Desde la tranquilidad que te da el saber que tienes tus necesidades del día a día cubiertas, es cuando se puede hacer un coaching en plenitud.

    ¿Y cual es mi propuesta para que esto suceda? Lo que a continuación te expongo es la fórmula de lo que considero el éxito para la prosperidad en tu profesión del coaching, y que es la que entrego al finalizar el curso «vivir del coaching», que desgraciadamente para la profesión es el único que existe en castellano a nivel mundial:

    1. CREE EN LA ABUNDANCIA: cuanto más das, más recibes del Universo; hay para todos
    2. DEFINE TU PROPOSITO: ¿para qué quieres lograr el éxito?
    3. VIVE TUS VALORES EN TU NEGOCIO DE COACHING, ADAPTALO A TI
    4. DETECTA TUS CREENCIAS Y TRABÁJALAS
    5. ESPECIALIZATE: Elije a tus clientes
    6. ¿Y DONDE ESTÁN? Búscalos allí
    7. DEFINE POR ESCRITO UN PLAN PARA ESTE AÑO Y A 5 AÑOS
    – ESTRATEGIA A CORTO PLAZO (captar clientes e ingresos ya)
    – ESTRATEGIA A MEDIO Y LARGO PLAZO: desarrolla tu IMAGEN DE MARCA PERSONAL
    8. TRABAJA PROFESIONALMENTE TU RED
    9. APRENDE Y DISFRUTA EN CADA MOMENTO, VIVE CON PASIÓN
    10. SE TU MISMO Y CONTRIBUYE

    ¿Pero como es posible que pensemos que necesitamos formarnos para ser coaches, y no necesitamos formarnos para hacer de ello nuestra profesión, y aprender a obtener clientes, darnos a conocer, etc?

    Si quieres de verdad hacer coaching y contribuir al mundo, tómate tu profesión de coach en serio.lee, aprende, fórmate, pregunta, y sobre todo, lánzate a la piscina, cobrando ya! (ay, el miedo, que enemigo íntimo!). Todo lo demás, es «coaching de salón».

    Así que invierte en ti y en tu vida, ten una seria conversación contigo mismo, y pregúntate ¿de verdad quiero ser un coach profesional (que vive de su profesión)? Y si la respuesta es sí, haz todo lo necesario, con todas las consecuencias, para conseguirlo, porque el mundo necesita de coaches que ejerzan de ello!

    José Pedro García Miguel
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    La zona de confort en coaching

    Dentro del coaching hay un término que, en alguna ocasión, es posible que tengas que utilizar con tus clientes o incluso contigo mismo para que descubras realmente cómo están las cosas.

    Este término es «zona de confort«, un término que, dicho así, no es que nos diga mucho. La verdad es que a mí me ha costado entender un poco su significado y aún ahora no sé si es el correcto o no.

    La zona de confort es el conjunto de límites que, sutilmente, la persona acaba por confundir con el marco de su íntima existencia. Define muy gráficamente el acomodo de aquellas personas que han renunciado a tomar iniciativas que les permitan gobernar sus vidas.

    Esto nos lleva a entender la zona de confort como aquella zona en la que no tomamos apenas decisiones sino que nos sentimos encasillados, como si con lo mínimo pudiéramos vivir y ser felices, sin tener aliciente en la vida ni tampoco querer hacer nada más que lo que estamos haciendo, ya que nos va bien.

    Pero en coaching eso es algo a evitar, se debe ser capaz de mostrar a cualquier persona que se puede hacer cualquier cosa, que siempre, con ganas y voluntad, se puede conseguir lo que se quiera, que nunca nos debemos sentir satisfechos por algo porque siempre habrá algo que ansiemos, una meta que cumplir.

    Ventajas de salir de la zona de confort

    • Aumenta la confianza en uno mismo

    • Hace crecer la motivación y la creatividad

    • Mejora el rendimiento

    • Prepara frente a las dificultades

    • Permite desarrollar las capacidades cognitivas y ponerse a prueba